Los clubes son el primer eslabón en la cadena de inclusión social a través del deporte y los estados tienen una deuda con los clubes, ya que está claro que el sistema deportivo de la argentina se asienta sobre los clubes. Tal como lo venia anunciando La Banda Deportiva y después de analizar exhaustivamente su situación el empresario Ruben González, dimitió presentando su renuncia, tambien agradeció y dejo el cargo el Tesorero Guillermo Dagum.
Pero de ninguna manera los socios permitirán tras la renuncia de Ruben Gonzalez que el Centro Juventud Antoniana sea manejado por un funcionario del gobierno provincial.La asamblea de Socios aun no terminó, había pasado a cuarto intermedio y los socios aguardan un fallo de la Corte, tras las elecciones. Cualquier personaje sea o no socio, no puede aceptar un cargo presidenciable, si no tiene el visto bueno de los socios.La unica alternativa si es que no se expide la justicia es que se normalice el padrón de Antonianos, y que se realicen las elecciones en Diciembre.Con una dos o las listas que esten en regla.
Juventud es una gran institución que no entró en Fideicomiso, que tiene sus deudas, pero que no puede transformarse en trampolín para ningún funcionario de la cúpula de Urtubey o Isa.
"LA DEUDA DEL ESTADO A LOS CLUBES"
Existieron en Argentina dos momentos históricos en los cuales se acentúa esta deuda del estado con los clubes: por un lado, fundamentalmente durante la dictadura, se cercenaron los derechos –entre otros tantos- de participar en la vida pública y hacer política. Los clubes fueron el lugar de resistencia donde, de manera clandestina, se siguió ejerciendo el legítimo derecho de hacer política. Y otro dato en esa época, se ejercía democráticamente por voto de los socios, cosa que no hacíamos como ciudadanos.
Por otro lado, la segunda década infame, en el 90, que nos quisieron hacer creer que había llegado el fin de las ideologías y que había un discurso único, donde se hizo un culto al individualismo en desmedro de lo colectivo y los clubes comenzaron a vivir esta situación que tan bien se refleja en la película Luna de Avellaneda, entonces los clubes en ese momento, como tenían muchos socios que no querían entregar a su club y sacaron la cara por el estado que se había borrado de su obligación de incluir socialmente y ayudar a la gente con menos posibilidades, los clubes incorporaron a los centros de jubilados, daban apoyo escolar, becaban a sus chicos: cubrían los agujeros que dejaba el estado.
Estos dos momentos históricos marcan un compromiso a los dirigentes. Hoy el club compite con otras cosas, pero eso no implica que no puedan volver a aglutinar la actividad social, cultural y deportiva.
En consecuencia habrá que empezar a trabajar con algo mucho más de base y más profundo como esto que estamos haciendo: capacitar dirigentes para que gestionen y sientan que hay un estado presente que no los deja sólo.JUVENTUD POSEE UN PREDIO EN CALLE CATAMARCA LA MUNICIPALIDAD Y EL GOBIERNO LO SABEN; ¿CUANDO CARAJO SE LO VAN A DEVOLVER?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario