Un grato recuerdo dejo en Juventud el Flaco HERNAN Boyero, más alla de aquel gol al Porvenir,se hizo fama a fuerza de goles en América.
Hay tipos a los que les alcanza con poco. Volver a Río Segundo. Un asado. Los amigos. La familia. Una carpa. La pesca. Simplemente eso. Por eso Hernán Boyero es un tipo simple. Difícil que vaya por la izquierda. Y, claro, desde esas pequeñas situaciones de la vida es feliz. Plenamente feliz.Boyero tiene 29 años y mide 1.93 metros. Jugó en Instituto de Córdoba (2002 - 2004 y 2006), Juventud Antoniana de Salta (2005), Tigre (2006) y Blooming de Bolivia (2007 - 2008). Anotó 61 goles en 208 juegos disputados.Lo quiere Nacional de Medellin.Lo pueden tentar para jugar la Copa América para Bolivia.En la Lerma no lo quisieron esperar.
"Llamame en cinco minutos y te lo ubico. No está acá en casa, pero debe andar por acá en el barrio", dice su vieja, chochísima con tenerlo unos días cerquita. Instantes después, el Flaco atiende a Día a Día y camina por las calles de tierra de Río Segundo. "¿Cómo andás, locura?", pregunta. "¿Yo? Bárbaro, hermano. Bárbaro. ¿Qué más puedo pedir? Estamos acá en el rancho, ya le metí unos cuantos asados y tengo toda la semana con esa agenda. Le voy a dar a los corderitos y chivitos con la banda de amigos y familiares... Somos varios, podemos armar dos equipos ja ja", afirma y pega una carcajada de esas largas. Sentidas. De un bienestar que no se puede inventar. Y mucho tiene que ver el pequeñito que vino a cambiar la familia: Leslie, de un mes y medio. Él, junto a su mujer Natalia y su nena Lara (de cuatro años) forman su círculo más íntimo.
Boyero acaba de regresar de Bolivia, tras un 2010 que lo encontró jugando seis meses en Colombia (en Millonarios, con 11 partidos y dos goles) y seis meses en el Blooming, un club con el que tiene un feeling especial tras ser campeón en el 2009 del Torneo Clausura boliviano. "Estoy bien, ¿qué vamos a decir? Fue un año bueno en lo deportivo, con un semestre en Colombia donde no fueron bien las cosas, porque el club no estaba ordenado. Y en Blooming terminamos quintos, metí algunos goles. Así que tranquilo. Tengo contrato en Blooming hasta fines del 2011... Y después tal vez me quede un par de años dando vueltas por allá. Ahí sí, levanto la carpa y me vengo a pescar a casa", asegura.
"Yo llegué y estaba arrancado el campeonato. Estuvimos punteros una parte del torneo y después caímos. Perdimos muchos puntos. Pero la gente me quiere mucho, hemos salido campeones... Blooming estaba rezagado cuando llegué y la cosa cambió. El DT que me trajo de Instituto ahora es el DT de la Selección Boliviana (el argentino nacionalizado boliviano Gustavo Quinteros) y estoy agradecido por siempre con él" agrega el Flaco de 30 años y eternos 1,93 metros de altura.
- ¿Y si te lleva ahora a la Selección de Bolivia?
- Ojalá, ojalá… Sería la cerecita de la torta. En el 2008 estuve cerca, después se enfrió. Uno tiene la esperanza. Hablé con el Checho Batista y no me quiere llevar ja, ja, ja. Si se dá, sería lindo por la Copa América en Argentina. El fútbol me ha dado mucho más de lo que yo lo dí. Esto sería un regalazo más.
- Eso de estar afuera permite conocer mucho otras culturas, ¿no?
- Sí… Me gusta conocer, viajar... Anduve por Cartagena, en Colombia, me he tirado una vidita interesante, ¿no? Me llamó la atención la tradición, las formas de comer, le meten fiambre al desayuno... Sopa al mediodía, cuatro o cinco comidas. Son costumbres. Pero yo sigo flaco, no hay forma de engordar. Morfo como un indio, pero voy tres o cuatro veces al baño por día. No hay forma de que se quede adentro… Evacúo todo ja, ja.
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